Historia

Hace 9 años un gringo geek fanático de la tecnología “Dan Defossey” y un chilango dedicado al arte “Roberto”, ambos amantes del ritual americano del BBQ, platicaban en medio de una montaña, sobre la posibilidad de crear una experiencia texana auténtica, que logrará ser un puente entre México y Estados Unidos. Inspirados en la historia y el significado del tradicional BBQ sureño, los amigos, decidieron abrir un espacio donde la carne, los ahumadores, los platillos, los drinks, las maquinitas, el grafiti, la buena música y los deportes sean los protagonistas de nuestro restaurante, así inicio este sueño inimaginable que hoy se vuelve realidad.

Hace 9 años un gringo geek fanático de la tecnología “Dan Defossey” y un chilango dedicado al arte “Roberto”, ambos amantes del ritual americano del BBQ, platicaban en medio de una montaña, sobre la posibilidad de crear una experiencia texana auténtica, que logrará ser un puente entre México y Estados Unidos. Inspirados en la historia y el significado del tradicional BBQ sureño, los amigos, decidieron abrir un espacio donde la carne, los ahumadores, los platillos, los drinks, las maquinitas, el grafiti, la buena música y los deportes sean los protagonistas de nuestro restaurante, así inicio este sueño inimaginable que hoy se vuelve realidad.

Ambos amigos, decidieron buscar un espacio en la Ciudad de México, encontraron casi de inmediato un lote abandonado en la Narvarte, el lugar ideal, rústico, industrial, perfecto para iniciar con este proyecto, luego llegó The Silver Twinkee, un Airstream (Travel Trailer), traído directo desde Texas aquí lo esperaba su compañero de cocina, nuestro ya famoso “Black Torpedo”, un ahumador que funciona como una cámara de humo, innovadora e ideal para carnes que permite cocinar lentamente con leña durante 8 a 14 horas, cada uno de los deliciosos platillos que compartimos con nuestros visitantes todos los días.
El registro del nombre es un logro que tiene que ser compartido. Al decidir el nombre de nuestra marca, Dan, uno de los dueños se le quedo en la mente, la manera en que lo llamaban, todos aquí en México, siempre le decían: “Pinche Gringo” a manera de juego, entonces le dijo a su amigo Roberto: “Amigo, creo que este es el nombre ideal, estoy seguro nos va ayudar a romper las barreras entre mexicanos y gringos”. Y así se decidió el nombre de nuestro restaurante. Pero este camino no sería fácil, en las leyes mexicanas, el artículo 4 de la Ley de Propiedad Industrial (LPI) prohíbe el registro de las marcas cuyos contenidos o forma sean contrarios a la moral y buenas costumbres de la sociedad. Para mantener la marca “Pinche Gringo BBQ”, se dio comienzo a una lucha que duraría cinco años, en la que los emprendedores estarían envueltos en tribunales para conservar el nombre. ¡Lo logramos!

El impacto de esta lucha fue brutal y mediático a tal punto que aparecimos en la revista Forbes y diferentes medios, hoy somos lo que siempre buscamos ser un puente entre dos culturas, un espacio único en la Ciudad de México que ofrece la mejor carne ahumada, un divertido ambiente americano, una extraordinaria selección musical y experiencias únicas.